jueves, 21 de junio de 2012

Centenares de personas reciben en Arévalo la urna con las reliquias de San Juan Bosco


FERNANDO G. MURIEL
Centenares de arevalenses han estado presentes en las diferentes actividades tanto religiosas y festivas que los salesianos de la ciudad han desarrollado para recibir la urna con la reliquia de su fundador la Sociedad de San Francisco de Sales, San Juan Bosco.
La tarde del miércoles, la plaza de Fray Juan Gil era un hervidero de gente, esperando a que el furgón que contenía la reliquia del santo italiano que fundó en 1854 la congregación salesiana, procedente de Madrid, hiciera su aparición. La comitiva estaba encabezada por el obispo emérito de Sigüenza-Guadalajara, José Sánchez, el director del colegio salesiano de Arévalo, Antonio Esgueva y el alcalde de la ciudad, Vidal Galicia.
El momento en el que la reliquia bajaba del furgón, mientras la Banda municipal interpretaba el Himno Nacional, fue uno de los más emocionantes, donde a muchos de los presentes, junto a la totalidad de los miembros de la comunidad salesiana, se les caían las lágrimas al ver como pisaba la tierra de Arévalo uno de los restos del fundador de esta institución, presente y activa en la vida arevalense desde 1944.
 Tras unas palabras de bienvenida, los alumnos del colegio, condujeron en procesión la carroza que portaba la urna desde el lugar donde fue recibida hasta el patio del colegio donde tuvo lugar una solemne misa presidida por el prelado mirobrigense José Sánchez, emérito de Sigüenza-Guadalajara, quien excusó la presencia del titular de la diócesis abulense debido a compromisos por su cargo en la Conferencia episcopal. La eucaristía estuvo concelebrada por diferentes curas salesianos de la comunidad arevalense, y párrocos del arciprestazgo de Arévalo.
Finalizada la celebración de la eucaristía, la coral La Moraña, que en estos días celebra sus bodas de plata, y que nació desde la asociación de antiguos alumnos salesianos, y tiene su sede y lugar de ensayo en el colegio, quiso agasajar a los presentes con un recital en el que entonaron varios temas de su repertorio. Tras el concierto, en los patios del centro se celebró una fiesta, con juegos infantiles y castillos hinchables para los más pequeños, y una parrillada.
Las celebraciones religiosas continuaron con visitas a la urna, una vigilia y diferentes momentos de oración hasta que la urna partió a Salamanca a las 10 de la mañana del jueves.